lunes, 18 de febrero de 2013

El Violinista de Thompson

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Os puedo asegurar que no he vacilado más antes de escribir una sola palabra en todo este blog, que antes de escribir este artículo. Sabiendo que mis opiniones no son las de ningún experto en ética, he intentado plasmar mi pensamiento de la forma más ordenada y argumentada que he podido.

Imaginemos que vamos andando un día cualquiera por la calle.
Un día que no tiene nada de particular, hasta que somos raptados y llevados a un hospital, en el cual se nos conecta a una serie de máquinas, con el fin de salvar la vida de un famoso genio violinista.
El médico nos dice que durante nueve meses tendremos que estar conectados a la máquina y totalmente imposibilitados, hasta que el violinista se sane y no necesite de nuestros órganos para vivir.
¿Estaríamos dispuestos a sacrificar nueve meses de nuestra vida por otra persona? ¿Hasta qué punto llega nuestra obligación como seres humanos de salvar la vida de nuestros iguales?

Quizá algún lector haya caído en la cuenta del asunto que subyace en este experimento mental: el tan discutido asunto del aborto y la responsabilidad materna con respecto al feto durante el embarazo.

Judith Thompson, autora de este experimento, desafía la simplicidad del movimiento antabortista, al considerar éste la obligación general de salvar otras vidas como una obligación absoluta y sin discusión posible. Sin adentrarse en la cuestión científica sobre lo humano que se pueda considerar un feto, el aspecto que va a tratar es: ¿Cuál es el compromiso exacto de una madre hacia la vida del niño que está concibiendo? Según ella, la mujer debe ser la única autoridad durante su embarazo. Ni el niño ni el Estado pueden exigirle nada con respecto a su cuerpo.


Mi crítica personal hacia este experimento reside en este detalle: ¿Hablamos de una mujer obligada a quedarse embarazada (violación), o de una mujer que se ha quedado embarazada voluntariamente?
Es precisamente en este detalle, en la voluntad de la persona, donde creo que toda generalización es negativa para discernir con claridad los límites de nuestros derechos y obligaciones.

En el primer caso, considero que ninguna mujer debe ser obligada a concebir de forma forzosa, por el simple derecho humano a la libertad. Si la libertad de una mujer no ha sido respetada para mantener relaciones sexuales y el subsiguiente embarazo, no es obligación de ésta asumirlo. Ella no ha sido libre.
En el segundo caso, la situación es bien distinta: hemos hablado de derechos, pero como cualquier persona racional puede pensar, en un lugar donde hay cabida para derechos, debe haber cabida para las obligaciones, puesto que los unos no se pueden dar sin las otras. Así, una mujer que ha asumido un embarazo de forma voluntaria, a la vez que ha hecho uso de su derecho a la libertad para hacerlo, ¿No tiene, por tanto, la obligación de respetar la vida de ese niño que ha engendrado voluntariamente?

Un aborto dentro de un embarazo voluntario, bajo mi punto de vista, sólo debería contemplarse en una situación de embarazo de alto riesgo para la vida de la madre, por la simple lógica de que a nadie se le puede obligar a perder su vida por otra.

Vivimos en el siglo XXI, los métodos anticonceptivos están a la orden del día y su porcentaje de error es ínfimo. No obstante, si éste se da, también conocemos la pastilla del día después. El resto queda bajo nuestra responsabilidad.

2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Hey heyy coleguiiii!
    Creo que no me equivoco si te digo que, totalmente, tenemos la misma opinión del asunto.
    Normalmente, el aborto es un tema que no se trata de frente. Donde las personas se esconden tras la relatividad de situaciones. Y pienso, creo, que no es así; que es tan sencillo como referirte, tan bien como tu has hecho, a la voluntad de la madre. Ojalá y fuesen las cosas tan sencillas como tu las explicas, y la gente razonase un poquito como tú.
    Ay, qué de malentendidos y discusiones nos ahorraríamos si todos tuviesemos tu fluidez de palabras.
    Me encanta como escribes, ya lo sabes, así que espero que sigas tan guay y elocuente como siempre, y me des más para leer!!!
    un kissssss

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