Os puedo asegurar que
no he vacilado más antes de escribir una sola palabra en todo este
blog, que antes de escribir este artículo. Sabiendo que mis opiniones no son las de
ningún experto en ética, he intentado plasmar mi pensamiento de la
forma más ordenada y argumentada que he podido.
Imaginemos que vamos
andando un día cualquiera por la calle.
Un día que no tiene
nada de particular, hasta que somos raptados y llevados a un
hospital, en el cual se nos conecta a una serie de máquinas, con el
fin de salvar la vida de un famoso genio violinista.
El médico nos dice que
durante nueve meses tendremos que estar conectados a la máquina y
totalmente imposibilitados, hasta que el violinista se sane y no
necesite de nuestros órganos para vivir.
¿Estaríamos
dispuestos a sacrificar nueve meses de nuestra vida por otra persona?
¿Hasta qué punto llega nuestra obligación como seres humanos de
salvar la vida de nuestros iguales?
Quizá algún lector
haya caído en la cuenta del asunto que subyace en este experimento
mental: el tan discutido asunto del aborto y la responsabilidad
materna con respecto al feto durante el embarazo.
Judith Thompson, autora
de este experimento, desafía la simplicidad del movimiento
antabortista, al considerar éste la obligación general de salvar
otras vidas como una obligación absoluta y sin discusión posible.
Sin adentrarse en la cuestión científica sobre lo humano que se
pueda considerar un feto, el aspecto que va a tratar es: ¿Cuál es
el compromiso exacto de una madre hacia la vida del niño que está
concibiendo? Según ella, la mujer debe ser la única autoridad
durante su embarazo. Ni el niño ni el Estado pueden exigirle nada
con respecto a su cuerpo.
Mi crítica personal
hacia este experimento reside en este detalle: ¿Hablamos de una
mujer obligada a quedarse embarazada (violación), o de una mujer que
se ha quedado embarazada voluntariamente?
Es precisamente en este
detalle, en la voluntad de la persona, donde creo que toda
generalización es negativa para discernir con claridad los límites
de nuestros derechos y obligaciones.
En el primer caso,
considero que ninguna mujer debe ser obligada a concebir de forma
forzosa, por el simple derecho humano a la libertad. Si la libertad
de una mujer no ha sido respetada para mantener relaciones sexuales y
el subsiguiente embarazo, no es obligación de ésta asumirlo. Ella
no ha sido libre.
En el segundo caso, la
situación es bien distinta: hemos hablado de derechos, pero como
cualquier persona racional puede pensar, en un lugar donde hay cabida
para derechos, debe haber cabida para las obligaciones, puesto que
los unos no se pueden dar sin las otras. Así, una mujer que ha
asumido un embarazo de forma voluntaria, a la vez que ha hecho uso de
su derecho a la libertad para hacerlo, ¿No tiene, por tanto, la
obligación de respetar la vida de ese niño que ha engendrado
voluntariamente?
Un aborto dentro de un
embarazo voluntario, bajo mi punto de vista, sólo debería
contemplarse en una situación de embarazo de alto riesgo para la
vida de la madre, por la simple lógica de que a nadie se le puede
obligar a perder su vida por otra.
Vivimos en el siglo
XXI, los métodos anticonceptivos están a la orden del día y su
porcentaje de error es ínfimo. No obstante, si éste se da, también
conocemos la pastilla del día después. El resto queda bajo nuestra
responsabilidad.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHey heyy coleguiiii!
ResponderEliminarCreo que no me equivoco si te digo que, totalmente, tenemos la misma opinión del asunto.
Normalmente, el aborto es un tema que no se trata de frente. Donde las personas se esconden tras la relatividad de situaciones. Y pienso, creo, que no es así; que es tan sencillo como referirte, tan bien como tu has hecho, a la voluntad de la madre. Ojalá y fuesen las cosas tan sencillas como tu las explicas, y la gente razonase un poquito como tú.
Ay, qué de malentendidos y discusiones nos ahorraríamos si todos tuviesemos tu fluidez de palabras.
Me encanta como escribes, ya lo sabes, así que espero que sigas tan guay y elocuente como siempre, y me des más para leer!!!
un kissssss